¿Eres una Mamá ‘Sobreprotectora’ o una Mamá que Cría con Intención?

Si te han llamado “sobreprotectora,” quiero que sepas que no estás sola. Muchas mamás enfrentamos esa etiqueta cuando lo único que hacemos es tomar decisiones que consideramos las mejores para nuestros hijos. Y sí, quiero aclarar algo desde el principio: hay madres que llevan la sobreprotección al extremo, impidiendo que sus hijos enfrenten retos o vivan experiencias necesarias para su crecimiento. Eso no es saludable. Pero establecer límites y guiar a nuestros hijos no es sobreproteger; es criar con intención y amor.

¿Por qué nos llaman exageradas?

Hoy día, vivimos en una cultura donde todo parece haberse normalizado:

• Niños pequeños con teléfonos que tienen acceso ilimitado a internet.

• Películas de terror vistas por menores que no comprenden lo que consumen.

• Música con letras explícitas que no aportan nada a su desarrollo.

• Redes sociales llenas de contenido que no respeta su edad.

Cuando decidimos no permitir estas cosas, inmediatamente llegan los comentarios: “No pasa nada”, “Es la época en la que les tocó vivir”, “Tienen que adaptarse”. Incluso nuestros propios hijos pueden frustrarse: “¿Por qué mis amigos sí pueden y yo no?”.

Sé que no es fácil ser la mamá que pone límites en un mundo donde la mayoría es permisiva. Queremos que nuestros hijos encajen, que no se sientan diferentes. Pero hay cosas que simplemente no son negociables porque nuestra prioridad no es que sean “como todos,” sino que crezcan con valores sólidos y con las herramientas necesarias para navegar este mundo.

Ceder no siempre es malo… pero no siempre es bueno

Ser honestas entre nosotras es importante. Como madres, hay veces en las que cedemos pensando: “Por esta vez no pasa nada”. Y es cierto, a veces no pasa nada. Pero hay otras ocasiones en que cedemos, y de inmediato notamos los efectos negativos:

• Cambios de actitud en nuestros hijos.

• Comportamientos o intereses que no alinean con los valores que les enseñamos.

• Influencias externas que los confunden o los alejan de lo que queremos para ellos.

  
  

  

  Niños inmersos en pantallas vs. niños disfrutando la naturaleza.

  
  

Es en esos momentos cuando nos arrepentimos y recordamos por qué esos límites son necesarios. Y aunque duele ver a nuestros hijos frustrados, también sabemos que no siempre podemos darles lo que quieren. Lo que necesitan es nuestra guía, incluso cuando no la entiendan de inmediato.

No somos mejores madres, solo hacemos lo que creemos correcto

Quiero dejar algo claro: tomar estas decisiones no significa que nos sintamos “mejores madres” que otras. No se trata de competir ni de juzgar. Cada familia tiene su manera de criar, y nuestras decisiones no son sobre demostrar superioridad. Son simplemente el resultado de hacer lo que entendemos que es correcto para nuestros hijos.

Tampoco es fácil. Decir “no” cuando todo el mundo dice “sí” puede ser agotador. Quisiéramos evitar que nuestros hijos se sientan diferentes o excluidos. Pero también sabemos que nuestro trabajo como madres no es hacer que encajen ahora, sino prepararles para que, en el futuro, sean adultos responsables, íntegros y capaces de tomar decisiones acertadas.

Los límites no son jaulas, son refugios

Establecer límites no significa aislar a nuestros hijos ni mantenerlos en una burbuja. Es guiarlos, enseñarles a discernir lo bueno de lo malo, y darles las herramientas para que, cuando llegue el momento de volar, lo hagan con seguridad. La independencia no se construye exponiéndolos a todo sin preparación; se construye guiándolos y acompañándolos hasta que estén listos.

Lo que estás haciendo no es sobreprotección; es amor en acción. Aunque ahora pueda parecer difícil y hasta incomprendido, un día verás los frutos. Tus hijos entenderán y agradecerán esos límites que hoy defiendes con tanta convicción.

Mamá e hija conversando

Así que no te sientas sola, mamá. Cada “no” que dices con amor y cada límite que estableces con sabiduría están sembrando algo grande en sus vidas. Y aunque no siempre sea fácil, valdrá la pena.

¿Te sientes identificada con este dilema? Comparte tus experiencias o consejos, porque juntas podemos encontrar fuerzas en este camino de crianza intencional.💕